El Acer palmatum Red spider, es un arce japonés de hojas rojas uniformes y que cambia a rojo sanguíneo en otoño antes de la caída de sus hojas. Se trata de un árbol pequeño y erguido que puede llegar generalmente a a la altura de 1,5 a 2 metros. Te vendemos estos arces cultivados en una maceta de 1,5 litros y una altura de la planta en 20/+ cm.
Esta variedad de arce japonés, se trata de un arbusto o pequeño árbol caducifolio abierto de múltiples tallos con una forma más o menos redondeada.
Este cultivar canadiense tiene hojas notablemente uniformes en forma, tamaño y color. Son de un rojo uniforme y robusto que dura hasta el otoño, cuando el color cambia a un vibrante rojo sangre.
El arce japonés "Red Spider" forma un árbol pequeño y erguido que puede llegar a alcanzar hasta los 4 metros de altura en unas buenas condiciones al cabo de bastantes años, pero que generalmente se suelen ver ejemplares de entre 1,5 a 2 metros de altura y poco más de un metro de anchura.
Sus ramas son horizontales cuyas puntas tienden a curvarse hacia abajo para dar un efecto de encaje parecido a una araña pero elegante.
Es una especie ideal para todo tipo de jardines y es perfecto para jardines pequeños o con poco espacio.
También se pueden cultivar en macetas o jardineras para tener en terrazas o balcones.
Es una variedad de arce japonés apta para la formación de bonsais.
Esta especie es bastante rústica, soportando bien a las temperaturas frías y las heladas, llegando a soportar mínimas de hasta los -15ºC.
En los climas más fríos sobre todo mientras la planta es joven, podremos aplicar una capa de mantillo o corteza de pino triturada en la base de la planta para proteger las raíces del frío.
Puedes ubicar tus plantas a pleno sol (en zonas más templadas) o a media sombra, esta última exposición le gusta más y sobre todo es recomendable esta exposición sobre todo si vives en una zona muy calurosa, de manera que reciba bastante luz solar o claridad tanto para obtener la mejor coloración de esta variedad como para su correcto desarrollo.
Gusta de terrenos que tengan buen drenaje y no encharquen, pero que sean frescos y húmedos, fértiles y ricos en materia orgánica. Aunque tolera bien prácticamente todo tipo de terrenos, prefiere de mejor forma los suelos con un pH ligeramente ácido o neutro.
En cuanto al riego, deberás proporcionar un riego frecuente en épocas calurosas y más moderado durante el resto del año. Es importante mantener la humedad en el sustrato.