Desde tiempos inmemoriales se han apreciado las propiedades de la leche de burra. En su composición, hay algunos anticuerpos naturales como la inmunoglobulina y la lisozima, que refuerzan el sistema inmunológico. Sin embargo, no son precisamente sus propiedades medicinales lo que la hicieron muy cotizada entre grandes personalidades de la historia.
Al hacer una comparación con la leche de bovinos, caprinos, ovinos y bubalinos, la leche de burra presenta menos caseína. Por ende, su valoración en la industria quesera es mucho menor. Recordemos que la caseína es la proteína encargada de la coagulación de la leche durante la elaboración del queso.
A pesar de ello, algunos se han aventurado a realizar quesos con ella, y como resultado, se ha obtenido el queso más caro del mundo, el cual, está fabricado con un 60% de leche de burra y 40% de leche de cabra.
Composición de la leche de burra
Aunque algunos le atribuyen contenidos enormes de vitamina C, vitaminas del complejo B, y especialmente, Vitaminas A y E, la realidad es que, los contenidos de estos compuestos son escasos.
Claro, esto puede variar dependiendo de la alimentación de los animales. Y siendo que no existen realmente las crías comerciales de asnos, llevadas en pasturas como es debido, es muy difícil encontrar valoraciones apropiadas de la leche. A pesar de esto, aquí puedes observar la composición de la leche de burra según la fundación universitaria iberoamericana.
La leche de burra en la historia
Ya desde la antigüedad podemos encontrar alusiones a su utilización como producto medicinal. Por ejemplo, Hipócrates de Cos, reconocido médico, la prescribía para tratar afecciones del hígado, hemorragias nasales, dolores de articulación, intoxicaciones y fiebres.
También, se puede encontrar una extensa lista de beneficios de la leche de burra en la obra «Historia Naturalis» de Plinio el Viejo. En esta, el autor romano la indica como remedio contra arrugas en la cara, fatiga, afecciones ginecológicas y úlceras estomacales.
La historia más popular que gira en torno a la leche de burra, envuelve a la famosa reina Cleopatra. Según cuenta la leyenda propagada por los historiadores griegos Plutarco y Apiano, la última reina del imperio egipcio solía tomar baños con esta leche, en medio de su obsesión por mantenerse hermosa.
Otra de las historias relacionadas con sus propiedades rejuvenecedoras, tiene que ver con Popea, la esposa de Nerón. Según el poeta sátiro Juvenal, esta malvada mujer, poseía unas 500 burras para poder bañarse diariamente con leche fresca.
¡Levántate, que ya han pasado las burras de leche!
Durante el siglo XIX, el paso de las burras por las calles de Madrid era un acontecimiento tan natural, que en el trabajo de Castillo de Lucas titulado “Dime lo que en las calles de Madrid ves, y te diré la hora que es”, el autor describe como se repartía la leche de burra a las 6 de la tarde con fines medicinales. Evento que llevó a la adopción del dicho popular para despertar a los perezosos.
Jabones de leche de burra
Los efectos antioxidantes y regenerativos son fácilmente aprovechables en forma de jabón. Por esa razón, en Plantamus, hemos incorporado dentro de nuestro apartado de Galicia Natural jabones que llevan leche de burra. Como la mayoría de los productos que vendemos en esta sección, esta fabricado en Galicia, en Allariz (Ourense)
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Además, si visitas nuestra galería de jabones, podrás encontrar una variadísima selección que te ofrecemos. Jabones con lavanda, madreselva, te de rosas, o con pasta bio para piel sensible, y muchos más. Todos elaborados con leche de burra, para aprovechar al máximo sus propiedades rejuvenecedoras al igual que lo hicieron Cleopatra y Popea.
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