Fusarium es un género de hongos que infecta plantas, animales, e inclusive, a las personas. En el caso de las plantas, es uno de los principales agentes causales de las enfermedades conocidas como marchitamiento vascular. Tiene la particularidad de afectar una gran variedad de cultivos como flores, hortalizas, gramíneas (Fusarium graminearum), mimosa y ornamentales.

De las más de cien especies descritas de este género, sólo una docena son dañinas para el ser humano. Entre estas destacan algunas formas especiales de Fusarium solani, Fusarium oxysporum y Fusarium verticilloides.

Enfermedades causadas por Fusarium en plantas

Marchitez vascular

El marchitamiento vascular es una de las enfermedades más difíciles de controlar en las plantas. Anualmente, produce considerables pérdidas a nivel mundial en una gran variedad de cultivos, sobre todo, si se desarrolla en climas cálidos. La especie más relevante es Fusarium oxysporum.

Cada especie de planta, se ve afectada por una forma especial de este hongo, así, el Fusarium en tomate se llama Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici.  La especie que infecta al crisantemo se denomina Fusarium oxysporum f. chrysanthemi, y así por el estilo para cada cultivo.

Síntomas

Los primeros síntomas que se observan, es que los folíolos de las hojas más jóvenes se aclaran. Posteriormente, ocurre la epinastia (se alargan y curvan hacia abajo) de las hojas senescentes debido al debilitamiento de los pecíolos.

Si la infección ocurre en plántulas, estas se marchitan y mueren rápidamente después de verse los primeros síntomas.

Por otro lado, en plantas adultas no es común que la muerte se produzca violentamente, más bien, ocurren una serie de síntomas previos.

Lo primero que sucede es el aclaramiento de las nervaduras y la epinastia foliar. Después, las hojas inferiores se tornan amarillentas, hay formación de raíces adventicias. Luego se marchitan hojas y tallos jóvenes, ocurre la defoliación, se produce una necrosis en el margen de las hojas que no se caen y, finalmente, la muerte.

Algo característico de esta enfermedad, es que los síntomas se evidencian en un solo lado de la planta, hasta que la enfermedad avanza y la planta muere. Además, no se puede ver ninguna estructura del hongo en la superficie de la planta ¿A qué se debe esto? ―La respuesta, es que el hongo ataca desde abajo.

El hongo se encuentra en el suelo (donde puede permanecer por tiempo indefinido) y penetra por las raíces de la planta.

¿Cómo saber si nuestro suelo está infestado? ―La manera más sencilla es analizar las plantas. Si se le realiza un corte transversal en la base del tallo, se puede observar anillo de color café en el área de los haces vasculares. Esto permite identificar la presencia del hongo en el suelo, para proceder entonces a su desinfección.

Pudriciones de raíz y tallo causadas por Fusarium

Otras especies del género, especialmente Fusarium solani, son responsables de la pudrición de raíces (frijol, cacahuate, soya, espárragos) y tallos (crisantemo, clavel, etc.). También, algunas formas especiales de Fusarium oxysporum causan la pudrición de semillas y plántulas (ahogamiento), pudriciones de raíces, tallos inferiores, coronas, cormos, bulbos y tubérculos (cebollas, lirios, gladiolas, etc.).

Ciclo de vida y forma de infección de Fusarium

El hongo habita en el suelo en forma de micelio o en cualquiera de las formas de esporas, aunque mayormente sobrevive en forma de clamidosporas. Se propaga muy fácilmente a través del agua y de los implementos agrícolas contaminados. Cuando un suelo ha sido infectado por Fusarium, puede permanecer en él por tiempo indefinido. Por esta razón, la rotación de cultivos no es un método eficiente para escapar del ataque del hongo.

Los tubos germinales de las esporas, o el micelio del hongo penetra en las raíces o a través de heridas (causadas por implementos, nematodos, etc.). Así, el micelio se propaga entre las células a través de la corteza de la raíz y, al llegar al xilema (transporta agua de forma ascendente por la planta), penetra en este por medio de las pateaduras.

Dentro del xilema, el micelio del hongo se ramifica y produce microconidios que son llevados hacia la parte superior de la planta, infectando tallo y ápice. Una vez alcanzado el punto donde termina el movimiento ascendente, el micelio penetra la pared superior de los vasos y produce más microconidios en los otros vasos, para avanzar lateralmente por la planta.

Plantas afectadas por Fusarium

Como se explicó anteriormente, cada especie de planta es atacada por una forma específica de Fusarium.

Fusarium en tomate: Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici

Cucurbitáceas: Fusarium oxysporum f. sp. niveumi

Coles: Fusarium oxysporum f. sp. conglutinans

Plátano: Fusarium oxysporum f. sp. cubense

Fusarium en gramíneas: Fusarium graminearum

En papa: Fusarium solani

Y así, muchas otras especies son infectadas por diferentes formas del hongo.

Control de Fusarium

La utilización de fungicidas sistémicos está indicada para prevenir el ataque de Fusarium. El producto viaja por el interior de la planta, previniendo la formación de micelio. Sin embargo, lo que mejor resultado puede darnos, es la utilización de Trichoderma.  Este hongo benéfico actúa como protector de nuestras plantas, al reproducirse y establecerse en el suelo.

Trichoderma forma colonias en la zona radicular de las plantas, impidiendo la reproducción de Fusarium. También, mejora la absorción y disponibilidad de nutrientes en el suelo, y estimula la producción de raíces.

Otra herramienta que podemos utilizar es la solarización del suelo. Este procedimiento comprende, cubrir por completo el suelo con un plástico transparente durante varios días (antes de plantar). El incremento en la temperatura del suelo elimina las estructuras de permanencia de Fusarium.  Además, te ayudará a eliminar las semillas de muchas malezas.

Y recuerda que una buena nutrición y condiciones ambientales adecuadas, harán que tus plantas sean mucho más fuertes frente a las enfermedades.

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